1.6.10

¡Heeee vuelto!

Fotos! fotos! fotos! Pues no, no hay fotos. O sea, si, pero no. Esta la tomó J. desde la casa donde nos quedamos, que es la del papá de un amigo de él. Una casa enorme, perdí la cuenta de los cuartos cuando iba por el quinto. Una piscina bien grande, linda, e inutilizable porque estaba vacía, sucia y en reparación. Arboles frutales sin frutas porque aún no es el momento. Ah no si! Solo los limones, pero para agarrar un limón y comerselo como que mejor iba a comprar nectarinas en el mercado.

Pasamos el fin de semana con la familia amiga de J. donde hay tres niños, entre ellos la recién llegada Claire que es ahijada de J. Me reí mucho con ellos sobre todo cuando Jean, el segundo de 2 años y medio, decía sobre la mesa, "mamá, tengo maiz en la nariz!" y mamá le respondía "claro que no!" hasta que escuchamos un estruendoso ATCHOUMM!!!! y cual no sería la maravillosa sorpresa al ver salir eyectados dos granos de maiz, uno de cada fosa nasal directo sobre el mantel de la mesa. Horroooor!!! Me dió un ataque de risa y no era bien, porque el papá estaba bravo, pero no me podía contener, casi salgo corriendo, pero lo logré.


En St. Tropez la gente es una cosa muy especial. Se puede hacer un estudio sociológico de campo, pero los resultados serán dados muy rápidamente y sin mucho que decir, ya que todos son iguales. IGUANIIITOS! Las mujeres con tacones, finos o de suela de paja. Pero siempre altos. Todos con una anorexia, algunas aún no declarada médicamente. Pero si quieren yo se los digo. Con unos mini shorts, que obvio, solo le quedan bien a las anoréxicas.
Los hombres, bronceados y con ese aspecto brillante, pero no de sudor o de grasa, sino como una brillantina que se ponen, o el after sun, no sé, pero es feo. Con las camisas blancas abiertas en el pecho, pero sin un solo pelo. Pantalones blancos, zapatos blancos y así pues.

No pude tomar fotos porque no podía dejar de ver a la gente. Porque no son los tacones, o los inmaculados vestidos de blanco, es la actitud. Yo que iba solo con mi vestidito de flores y mis zapatillas blancas, sentí que me miraban como una extraña. Lo bueno es que ellos se quedan ahí donde están y los demás en otra parte. Porque a diferencia de Cannes, St. Tropez es minusculo, es un pueblo! Así que es como que están más concentrados, una densidad más importante por metro cuadrado.


Lamento no haber vivido el momento al máximo, y con todo el ánimo que alguien que va a St. Tropez tendría. Creo que me tenía que aclimatar. Ya iré en otra oportunidad y podré sacar la cámara. Ya sé lo que me espera.



P.S: Mi abuelo A. decía que los hombres que andaban todo de blanco eran cabrones. Vaya usted a saber si él conocía St. Tropez sin que nosotros supieramos.

P.S 2: La segunda foto es de Google images. Vayan, ahí verán mejor.

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